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Hay que aprovechar las últimas cosechas de albahaca para hacerte un rico pesto. La receta es sencilla, y si no añades el queso, se conserva bien en el frigorífico durante unos diez días sin problema:
– Primero recoges un buen manojo de albahaca y descartas los tallos y te quedas sólo con las hojas. Coges una cantidad suficiente, hasta llenar unas dos o tres tazas con las hojas. En las imagenes usé albahaca morada y también la tradicional para el pesto.
– Añades las nueces, que deben ser un cuarta parte del volumen de albahaca (en casa preferimos nueces, pero tradicionalmente se usan piñones).
– Ahora un diente de ajo, sin su corazón – si hay gente a quien le cuesta digerir el ajo crudo; si no lo puedes dejar si prefieres.
– Un buen chorro de aceite – esto lo añado mientras estoy triturando y así te aseguras conseguir la consistencia deseada.
– No te olvides un poquito de sal y pimienta como toque final.
– Triturar todo y listo para comer.
El queso parmesano lo rallamos y añadimos justo antes de servirlo con tu pasta favorita … mmmm!