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En los últimos doce meses hemos comido casi constantemente las siguientes verduras (toma nota que en julio y agosto, los meses más calurosos, el clima favorece  el consumo de pimientos y tomates en las ensaladas mientras que las lechugas y rúcula sufren un poco):

Lechugas – una mezcla de las variedades: trocadero, hoja de roble, lollo rosso, maravilla, francesa, romana y escarola.

Rábanos – sabias que también hay rábanos blancos y que son aún mas picantes!?

Rúcula – la del súper siempre se estropea, pero cuando cosechas las hojas fresquitas, tienes una maravilla en el plato. Realmente una de las estrellas del huerto urbano.

Zanahorias – con siembras rotativas nunca falta una zanahoria rallada en la ensalada.

Remolachas – dan color a tope y están llenas de vitaminas.

Hierbas – en casa tenemos el hábito de combinar hojas de lechuga con las hojas picadas de las aromáticas, así siempre tienes una explosión de sabor (últimamente estamos con tomillo limonero, salvia, albahaca, perejil, menta y de vez en cuando cebollino)

En temporada disfrutamos de las flores comestibles, como las capuchinas y los pensamientos para dar un toque de color al plato. ¡Y siempre dejas impresionados a los invitados!

Y un detalle final que no viene del huerto – nos gusta añadir algunos frutos secos, normalmente nueces y también algunas pasas o arándanos, teniendo así una ensalada completa, sabrosa y sanísima!